10 preguntas con
respuesta sobre la financiación y fiscalidad de la Iglesia
Es falso que la
Iglesia no pague el IBI. La Iglesia paga el IBI de todos los inmuebles
que no estén exentos por ley, lo mismo que ocurre con otras entidades
que realizan labores sociales. Lea esas 10 preguntas y respuestas sobre
la fiscalidad de la Iglesia.
A raiz de una polémica generada artificialmente para poner a la Iglesia en el punto de mira, con el Partido Socialista planteando que la Iglesia tiene un régimen fiscal privilegiado, la Conferencia Episcopal Española ha editado un artículo con 10 preguntas y 10 respuestas sobre la financiación y el régimen de fiscalidad de la Iglesia.
A raiz de una polémica generada artificialmente para poner a la Iglesia en el punto de mira, con el Partido Socialista planteando que la Iglesia tiene un régimen fiscal privilegiado, la Conferencia Episcopal Española ha editado un artículo con 10 preguntas y 10 respuestas sobre la financiación y el régimen de fiscalidad de la Iglesia.
Para solidaridad, la Iglesia
El director de la
Oficina de Información de la Conferencia Episcopal
Española responde a las tergiversaciones y malentendidos sobre la financiación
y la fiscalidad de la Iglesia
en España. La Iglesia
no sólo no goza de privilegio alguno, explica, sino que ahorra dinero al Estado
y está en primera línea de ayuda a las personas que más lo necesitan
Para su sostenimiento, la Iglesia no recibe nada de los Presupuestos Generales del Estado. Los contribuyentes eligen voluntariamente poner la X en la Declaración de la Renta. Esto supone, aproximadamente, un 25% de la financiación de la Iglesia.
El artículo 16 de la Constitución establece que los poderes públicos «mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones». Por otra parte, el Acuerdo sobre Asuntos Económicos entre la Santa Sede y el Estado español, de 1979, establece que «el Estado se compromete a colaborar con la Iglesia católica en la consecución de su adecuado sostenimiento económico, con respeto absoluto del principio de libertad religiosa». Cooperación y colaboración no es financiación directa, ni subvención.
2.-¿La Iglesia ahorra dinero al Estado?
Es difícil conocer con exactitud la cantidad que la Iglesia le ahorra al Estado. Sólo en el campo educativo, donde el cálculo es más sencillo, podemos afirmar que, según datos del propio Ministerio de Educación, una plaza en un centro público tiene un coste anual de 3.518 euros. En un centro concertado, la misma plaza cuesta al erario público 1.841 euros. Únicamente por este concepto, y tomando como base los datos del Ministerio en 2009, la Iglesia ahorra al Estado 4.399 millones de euros.
La Iglesia es depositaria de un importante patrimonio cultural que, a lo largo de los siglos, ha sido creado o recibido por distintas instituciones de la Iglesia. Este patrimonio no se plantea como una riqueza en sí misma, ni supone una fuente de negocio. Se ha planteado siempre como servicio a los demás; es un tesoro cultural para todos, pero en ningún caso un tesoro económicamente rentable. Más bien todo lo contrario.
4.-¿La Iglesia sólo aporta un 2% del presupuesto de Cáritas?
Se confunde la aportación de la Iglesia con la donación de la Conferencia Episcopal. Cuando se habla de ese 2%, se trata de un donativo que se viene realizando desde la CEE en los últimos cuatro años. La cantidad se ha ido incrementando anualmente, hasta situarse en el 2,17% actual. En 2011, se han donado 5 millones de euros. Y en estos cuatro años, se ha entregado 13,8 millones de euros.
Además, cuando se habla de esa escasa aportación del 2%, se toma como base el presupuesto de Cáritas Española, y no se hace referencia a las Cáritas diocesanas, una verdadera red que llega a todos por medio de las Cáritas parroquiales. El 65% de los fondos de Cáritas procede de donaciones privadas, la gran mayoría, de instituciones y de personas de la misma Iglesia.
5.-¿Cáritas no es la Iglesia?
Cáritas no sólo pertenece a la Iglesia, sino que es la misma Iglesia, en su estructura más fundamental, que es la parroquia. Los miles de voluntarios de la Iglesia no nacen por generación espontánea. Son miembros de la Iglesia que han recibido el anuncio de la Buena Noticia y viven y alimentan su fe en la comunidad eclesial.
6.-¿La Iglesia no paga el IBI?
Es falso. La Iglesia paga el IBI de todos los inmuebles que no estén exentos por ley.
7.-¿La Iglesia es la única institución que, en algunos casos, está exenta del pago del IBI?
También es falso. Tampoco lo pagan, entre otras, las Fundaciones, las
Asociaciones de utilidad pública, las federaciones deportivas, los partidos
políticos, los sindicatos, las Iglesias evangélicas, las comunidades hebreas y
musulmanas... En Madrid, por ejemplo, no pagan el IBI el museo del Prado, la SGAE, el Hotel Ritz, el
Palacio de Liria, etc.
Esta cuestión está regulada en la llamada Ley de mecenazgo (ley 49/2002). Se
trata de una medida de incentivo fiscal, con la que el Estado reconoce las
actividades de interés general que realizan muchas instituciones. Es lógico que
el Estado promueva e incentive a quienes trabajan a favor del bien común.8.-¿La Iglesia no paga tasas municipales?
Sí las paga (basuras, vados de garajes, etc.) No hay exención prevista en la Ley sobre el pago de estas tasas.
9.-La Ley le da la razón a la Iglesia, pero en este momento tan duro de crisis, ¿no podría hacer un gesto y renunciar a la exención del IBI?
La Iglesia hace gestos reales y diarios en favor de los que más lo necesitan. Muchos obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos han hecho signos visibles, reduciéndose el suelo, y otros muchos lo han hecho y no lo han dicho.
10.-¿Y si hubiera un cambio en la legislación fiscal?
La Iglesia estará siempre a lo que dicte la Ley. Si hubiera un cambio en la legislación fiscal, estaría a lo que dictara la norma, siempre con el límite de los beneficios previstos en los Acuerdos, que tendrán rango superior. La Iglesia va a seguir cumpliendo su misión con los medios de que disponga. Lógicamente, si se dispusiera de menos recursos, las actividades podrían verse mermadas, pero con más o con menos medios, la Iglesia va a seguir haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto.
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