Tema 1. EL MUNDO QUE NO SE VE
Las personas estamos constituidas por dos realidades necesarias y complementarias: el mundo exterior (lo que se ve) y el mundo interior (lo más íntimo de cada uno). Somos mucho más de lo que mostramos.
En este tema vamos a:
1º. Descubrir que las personas somos interioridad y exterioridad.
2º. Comprender el significado de la interioridad para las personas.
3º. Conocer los elementos de la interioridad.
4º. Descubrir el valor del silencio como autoconocimiento y comunicación.
5º. Conocer cómo Jesús vivió y habló de la interioridad y de la oración.
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COMPRUEBA LO QUE SABESDESCUBRE EL TESOROEL GRAN SILENCIO Los seres humanos estamos constituidos por dos realidades necesarias y complementarias:
exterioridad e interioridad.
En la interioridad nos encontramos con nosotros mismos.
1. DENTRO Y FUERA
DOS DIMENSIONES DE UNO MISMO: “DENTRO Y FUERA”
o Lo primero que vemos de las personas es su aspecto externo. Pero ¿es esa su dimensión
más importante?
o Cuando conocemos a una persona la vemos por fuera. Lo primero que captamos con
nuestros ojos es su cuerpo, su apariencia externa. En cambio para ver nuestro cuerpo y
nuestra apariencia externa tenemos que mirarnos en un espejo. Es decir, de las demás
personas lo primero que percibimos es su dimensión externa y, sin embargo, de nosotros
no. Lo que nosotros captamos de nosotros mismos es, en primer lugar, el mundo de
nuestros sentimientos, todo aquello que vivimos en nuestro interior. Nosotros vemos desde
dentro y sin embargo a los demás los vemos desde fuera.
o “Dentro” y “fuera” en las personas no son mundos aislados sino que están conectados
porque las personas somos una unidad. Nuestro rostro y nuestra mirada manifiestan lo que
llevamos dentro, incluso aunque queramos disimularlo.
o Cuando decimos que las personas somos una unidad queremos expresar que estas dos
dimensiones –interioridad y exterioridad- son importantes y hay que saber vivirlas
adecuadamente. Lo que realmente somos y vivimos está en nuestro interior.
ESQUEMA DE LAS DIMENSIONES DE LA PERSONA
2. LA INTERIORIDAD
LA INTERIORIDAD
o La interioridad no se opone a la exterioridad, sino a la superficialidad. Aquello que vivimos y sentimos está estrechamente ligado a aquello que mostramos exteriormente.
o Es ese lugar íntimo de la persona en el que sabemos que estamos con nosotros mismos, con lo que sentimos, con lo que de verdad somos y queremos.
o De las vivencias interiores y de los diálogos con nosotros mismos nacen muchas de las decisiones que tomamos en la vida.
LOS ELEMENTOS DE LA INTERIORIDAD
o El mundo de los sentimientos y afectos: deseos, emociones, sentimientos.
o El mundo de nuestros valores e ideales: lo que creemos, escala de valores.
o Llamadas interiores: la vocación.
o Diálogo interior con nosotros mismos: vamos descubriendo quiénes somos y cómo queremos dirigir nuestra vida.
SILENCIO PARA ESCUCHAR
o El camino hacia el interior de uno mismo requiere salir de la superficialidad y crear ciertos espacios d silencio para poder escucharse a sí mismo.
o Es una condición indispensable para que las personas podamos llegar a ser quienes queremos ser, siendo conscientes de nuestros errores y aciertos.
3. LA REALIDAD QUE SE VE Y LA QUE NO SE VE
Actividad 1: LO ESENCIAL ES INVISIBLE
o Una buena parte de las experiencias interiores que vivimos las personas no se manifiestan al exterior. Son invisibles a los ojos. Dios también es una realidad que no vemos y, sin embargo, está presente.
o Lee el relato extraído del capítulo XXI de la novela El Principito, del autor francés Antoine de Saint-Exupéry.
– ¿Qué diferencia hay entre el zorro y la rosa del principito y las demás rosas y zorros?
– Esas diferencias, ¿se pueden ver? ¿Crees que son algo importante? ¿Podrías poner ejemplos de esos tipos de diferencias?
– ¿Cuáles son las frases del texto que mejor explican todo esto?
Se dirigió el principito nuevamente a la rosas:
- En absoluto os parecéis a mi rosa. Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Así era mi zorro antes, semejante a cien mil otros. Al hacerlo mi amigo, ahora es único en el mundo.
Las rosas se mostraron ciertamente molestas.
- Sois bellas, pero aún estáis vacías -agregó todavía- Nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es sin duda más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo; es la rosa que abrigué con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse, alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa...
Regresó hacia donde estaba el zorro:
- Adiós-dijo.
- Adiós-dijo el zorro- Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos-repitió el principito a fin de acordarse.
CULTIVAR LA INTERIORIDADJesús: equilibrio perfecto entre interioridad y exterioridad
de ser íntegros,
sin divisiones
(Mc 3,24-25)
Jesús supo trabajar su interioridad y eso se manifestaba
externamente en los gestos, palabras y obras que realizaba
buscar lo
esencial
(Mt 6,25-34)
Durante su ministerio, nunca dejó de subrayar la importancia de:
de hacer las cosas
desde el corazón,
con coherencia interior,
y no para ser vistos
por los demás
(Lc 18,9-14)
A Jesús no le deslumbraba la riqueza, ni la opulencia, ni el
aparentar. Más bien le atraía lo sencillo, lo que brotaba del corazón, lo
que nacía en lo escondido sin alardes ni apariencias
Para Jesús “el hombre bueno saca el bien del buen tesoro de su
corazón, y el malo de su mal corazón saca lo malo. Porque de la
abundancia del corazón habla la boca” (Lc 6,45)