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martes, 17 de enero de 2012
domingo, 15 de enero de 2012
SAN VALENTÍN

Todos los enamorados tienen un día especial para demostrar su amor mediante regalos, dedicatorias o poemas pero ¿por qué es el 14 de febrero? ¿Quieres conocer la leyenda de San Valentín y de dónde procede esta celebración? Pues bien existen diversas teorías sobre el origen del Día de los Enamorados:
- En los países nórdicos durante estas fechas se emparejan y aparean los pájaros, acto que se ve como un símbolo de amor y de creación.
- Otros en cambio creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.
- Igualmente en Inglaterra hace ya muchos siglos, era tradicional la "fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja, que en algunos casos se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.
- Otros consideran que el origen de la historia de San Valentín surgió en la Roma del siglo III, cuando el cristianismo era perseguido y se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.

jueves, 12 de enero de 2012
30 DE ENERO DIA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA
Mi mensaje se dirige también a los padres, las familias y a todos los estamentos educativos y formativos, así como a los responsables en los distintos ámbitos de la vida religiosa, social, política, económica, cultural y de la comunicación. Prestar atención al mundo juvenil, saber escucharlo y valorarlo, no es sólo una oportunidad, sino un deber primario de toda la sociedad, para la construcción de un futuro de justicia y de paz.
"Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que no contraste con su conciencia y principios religiosos."
Educar en la paz
«La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad»[8].La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.
Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», dice Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt 5,9).
La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.
Fragmento del mensaje de Benedicto XVI en la Jornada por LA PAZ.
PAZ: LIM
JCLIC
JUEGOS POR LA PAZ
GRANDES PERSONAJES PAZ
APRENDE SOBRE EL DIA DE LA PAZ
MANDALAS PARA LA PAZ
Oración por la Paz de San Francisco de Asís

Oh, Señor....
Has de mí un instrumento de tu paz, para que :
Donde haya odio, ponga yo amor
Donde haya ofensa, ponga yo perdón
Donde haya discordia, ponga yo unión
Donde haya error, ponga yo verdad
Donde haya duda, ponga yo la fé
Donde haya desesperación, ponga yo la esperanza
Donde haya tinieblas, ponga yo la luz
Donde haya tristeza, ponga yo la alegria
Oh...Maestro
Haz que yo no busque tanto...
Ser consolado, como consolar
Ser comprendido, como comprender
Ser amado, como amar
Porque dando se recibe
y olvidando se encuentra
Porque dando se encuentra el perdón
y muriendo se resucita a la Vida Eterna
San Francico de Asís
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"Quisiera dirigirme también a los responsables de las instituciones dedicadas a la educación: que vigilen con gran sentido de responsabilidad para que se respete y valore en toda circunstancia la dignidad de cada persona. Que se preocupen de que cada joven pueda descubrir la propia vocación, acompañándolo mientras hace fructificar los dones que el Señor le ha concedido. Que aseguren a las familias que sus hijos puedan tener un camino formativo que no contraste con su conciencia y principios religiosos."
Educar en la paz
«La paz no es sólo ausencia de guerra y no se limita a asegurar el equilibrio de fuerzas adversas. La paz no puede alcanzarse en la tierra sin la salvaguardia de los bienes de las personas, la libre comunicación entre los seres humanos, el respeto de la dignidad de las personas y de los pueblos, la práctica asidua de la fraternidad»[8].La paz es fruto de la justicia y efecto de la caridad. Y es ante todo don de Dios. Los cristianos creemos que Cristo es nuestra verdadera paz: en Él, en su cruz, Dios ha reconciliado consigo al mundo y ha destruido las barreras que nos separaban a unos de otros (cf. Ef 2,14-18); en Él, hay una única familia reconciliada en el amor.
Pero la paz no es sólo un don que se recibe, sino también una obra que se ha de construir. Para ser verdaderamente constructores de la paz, debemos ser educados en la compasión, la solidaridad, la colaboración, la fraternidad; hemos de ser activos dentro de las comunidades y atentos a despertar las consciencias sobre las cuestiones nacionales e internacionales, así como sobre la importancia de buscar modos adecuados de redistribución de la riqueza, de promoción del crecimiento, de la cooperación al desarrollo y de la resolución de los conflictos. «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», dice Jesús en el Sermón de la Montaña (Mt 5,9).
La paz para todos nace de la justicia de cada uno y ninguno puede eludir este compromiso esencial de promover la justicia, según las propias competencias y responsabilidades. Invito de modo particular a los jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto pueda comportar sacrificio e ir contracorriente.
Fragmento del mensaje de Benedicto XVI en la Jornada por LA PAZ.
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Oh, Señor....
Has de mí un instrumento de tu paz, para que :
Donde haya odio, ponga yo amor
Donde haya ofensa, ponga yo perdón
Donde haya discordia, ponga yo unión
Donde haya error, ponga yo verdad
Donde haya duda, ponga yo la fé
Donde haya desesperación, ponga yo la esperanza
Donde haya tinieblas, ponga yo la luz
Donde haya tristeza, ponga yo la alegria
Oh...Maestro
Haz que yo no busque tanto...
Ser consolado, como consolar
Ser comprendido, como comprender
Ser amado, como amar
Porque dando se recibe
y olvidando se encuentra
Porque dando se encuentra el perdón
y muriendo se resucita a la Vida Eterna
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